Sin embargo, A.M Best observa “importantes” retos para su desarrollo, sobre todo a la hora de sortear posibles restricciones normativas en un canal orientado al consumidor, lograr coberturas estandarizadas y limitadas, y mantener los costes y la tramitación de siniestros en niveles manejables-.
En un reciente análisis sobre esta modalidad de comercialización, la agencia afirma que la motivación subyacente es empaquetar discretamente una opción de compra de seguro junto con una transacción inicial y relacionada, lo que garantiza un nivel de confianza bidireccional con el distribuidor.
«El uso innovador de la tecnología tanto por parte del proveedor del producto como del distribuidor es clave, pero pueden existir lagunas de capacidad entre ambos», afirma Elí Sánchez, directora de A.M. Best. «Esto puede ser un perjuicio en los mercados no desarrollados, donde las empresas pueden tener dificultades no sólo para crear un enfoque digital eficiente con escala, sino también para acceder a una base de clientes amplia y orientada digitalmente”, indica.
