Los vehículos autónomos o sistemas utilizados en procesos industriales son los primeros ejemplos en los que empiezan a aparecer seguros específicos para la IA. “Es precisamente en esos ámbitos –concreta el informe– donde se espera que la demanda aumente en el medio/largo plazo, extendiéndose al aseguramiento de cualquier sistema que esté gestionado íntegramente por algoritmos de IA. Es decir, sistemas que estén automatizados de principio a fin, en los que la decisión es tomada por la Inteligencia Artificial sin intervención humana (industrias de Oil&Gas, Fabricación y Salud confirman ver el valor de este tipo de seguros)”.
En el caso de Salud se menciona, además, la importancia de asegurar a los médicos que estén utilizando estos sistemas.
«Las aseguradoras deben acompañar a los clientes en ese despliegue de la IA»
Para que este desarrollo tenga lugar, el informe considera importante que se esclarezca la asignación de responsabilidades a través de la regulación. En algunos casos no será necesaria la creación de productos específicos, sino la adaptación / matización de los ya existentes, si bien “es necesario que se evalúen los productos aseguradores actuales para determinar el impacto del uso de la IA por parte de los clientes sobre sus coberturas”.
«Las aseguradoras deben acompañar a los clientes en ese despliegue de la IA responsable en sus organizaciones para protegerlos a ellos, a los individuos y a la sociedad. Una labor preventiva será esencial en este contexto”, concluye el informe.
