Inicialmente, un grupo de reaseguradores y corredores decidieron aunar esfuerzos para mejorar la operativa de la industria y ahorrar costes, a través de la digitalización y automatización de procesos. Posteriormente se han ido uniendo otras compañías de seguros y corredores.
En general, el proceso de estandarización y digitalización de la cadena de valor en cualquier empresa es clave para la evolución hacia un modelo operativo más eficiente. Las compañías que adoptan capacidades digitales en sus procesos consiguen un rendimiento superior y una mejora en los indicadores de calidad. Esta optimización es indudable que puede constituir un reto, pero también una clara oportunidad, y está directamente conectada con otros dos factores considerados como clave en el momento actual; la promoción de la innovación y la retención del talento.
El escenario de sistemas que capturan información, pero no se comunican entre sí, es un común y claramente un área donde hay margen de mejora. En el mundo de hoy, el dato es una fuente de valor incalculable y creciente. Las aseguradoras son conscientes de ello y por eso apuestan por un proceso de transformación permanente en torno al dato, una cuestión clave para ser más rentables y sostenibles. Ahora bien, en este contexto también surgen algunos retos, entre los que destaca el cambio cultural que es preciso realizar.
La clave para dar este salto cualitativo en la sofisticación de los procesos en la industria re-aseguradora comienza con la adopción de los estándares de Acord, un lenguaje común acordado a nivel de la industria. Por tanto, estandarización como primer paso, digitalización en segunda instancia, y por último se llega a la automatización completa de procesos. Desde los pasos iniciales se observan ya beneficios, alcanzándose el objetivo final con la adopción de las tres fases.
Explicar los beneficios de reemplazar la gestión contable, cuentas periódicas que hace no tanto se emitían todavía en papel, por mensajes digitales estandarizados y automáticos, no parece demasiado necesario. Lo mismo se puede decir de gran parte de la carga administrativa que conlleva la gestión de siniestros. La velocidad en toda la tramitación incrementará sustancialmente, con reducción de errores y diferencias contables, mejora en los flujos de cash-flow, y beneficios adicionales asociados a la economía de escala. Por último, una enorme mejora en cuanto a la trazabilidad de los procesos y el archivo de documentación, resultando igualmente en una mayor transparencia, y más ágil gestión de auditorías.
El hecho de que los contratos de reaseguro tengan tendencia a ser estables, y renovados año tras año, generalmente de manera homogénea y con términos preestablecidos, facilita igualmente que el proyecto tenga un claro potencial en el área de la contratación. Aquí procede hacer mención específica a la parte de ePlacing, que también forma parte de la iniciativa, si bien se encuentra en un estado más primigenio de desarrollo.
Los avances descritos, además de suponer un enorme salto cualitativo en cuanto a la efectividad de los procesos, suponen además una significativa mejora en la recolección estructurada de los datos, tan relevantes en el presente y futuro de nuestro negocio.
Igualmente, para los corredores de reaseguro el atractivo es innegable. Precisamente en su papel de intermediarios, su volumen transaccional es enorme, pues tratan de manera regular con una gran cantidad de entidades, tanto compañías de seguro, como reaseguradoras. Desde el punto de vista reasegurador, es claro que la involucración de los corredores es deseada, pues conlleva la consecuencia de que todo el negocio colocado a través de un determinado intermediario será ya de gestión digital y automática, independientemente de cuál sea la compañía cedente.
Una clara inversión de futuro
En definitiva, consecuencia de implementar el proyecto es liberar a trabajadores de tareas rutinarias en las que la intervención humana aporta poco o ningún valor añadido. Los beneficios de la automatización de procesos son más evidentes, cuanto más simples y repetitivos son los mismos. Para atraer talento es preciso contar con un modelo de trabajo flexible y digital, junto con una cultura innovadora y de aprendizaje continuo.
Desde el punto de vista de los costes que se necesitan, los mismos son limitados, y probablemente tenga más sentido considerarlos como una inversión en el futuro. De hecho, ya a medio plazo, se convierte en una medida de ahorro. Una vez implementada y en funcionamiento, supone una innegable mejora en cuanto a la eficiencia de los recursos, y una ventaja competitiva, resultado de los ahorros inherentes a la automatización de procesos.
Es preciso que el desarrollo tecnológico tenga el apoyo e impulso de la dirección de las empresas para luego fluir por todos los departamentos de la organización. Su implementación efectiva precisa, lógicamente, de una involucración directa de las áreas de Sistemas y Tecnología, que a su vez deben estar en comunicación con la parte del negocio, para tener un correcto entendimiento de las necesidades de este.
A pesar de todos los beneficios expuestos, este tipo de avances también genera en ocasiones reacciones escépticas, tal vez la más común aquella de quien sencillamente piensa que se va a quedar sin trabajo. Este es un planteamiento que no deja de ser un tanto infantil, y debe ser evitado. En el fondo, no hay demasiada alternativa. Es indiscutible que la industria necesita modernizarse y el camino aquí descrito es atractivo desde una lógica aplastante. Además, es una oportunidad para darle forma al futuro, lo cual es bastante mejor que simplemente verse arrollado por él. Y no nos olvidemos de que nuestra industria lleva desarrollándose más de 300 años, innovación siempre ha habido, la única discusión posible es en todo caso sobre la velocidad de esta.
