El informe se basa en los conocimientos de los abogados del bufete a nivel mundial para analizar los temas prioritarios que se espera que tengan el mayor impacto en el mercado de seguros durante el próximo año. Así, los riesgos ASG (ambiental, social y gobernanza), las tecnologías en desarrollo, la geopolítica y la inflación de los reclamos siguen siendo las principales preocupaciones para el sector.
A estos nuevos riesgos se suman los ya antiguos (pero diversificados) como son la interrupción de la cadena de suministro, el cambio climático y las infracciones cibernéticas.
Cada región, una preocupación
Los socios de Kennedy identificaron diferentes prioridades según su región. En el Reino Unido, el cambiante panorama regulatorio fue la mayor preocupación. En América del Norte, por el contrario, la automatización/el uso de la IA fue el principal problema emergente que tendría un impacto en las reclamaciones; mientras que Europa, Oriente Medio, África y América Latina identificaron el cambio climático. En Asia Pacífico, sin embargo, fueron los ciberataques los riesgos que más preocupan.
IA y la evolución de sus capacidades
Según detalla el informe, la IA tiene beneficios evidentes en los seguros. Si bien el impacto de de esta tecnología puede variar a lo largo de la cadena de valor de los seguros, el acceso a más datos y de mejor calidad se traduce en una mejor evaluación de riesgos para la suscripción, lo que permite precios y coberturas personalizadas. También puede ayudar a gestionar el proceso de reclamaciones, permitiendo a las aseguradoras pagar las reclamaciones más rápidamente.
En términos generales, añade el estudio, los riesgos de la IA se dividen en tres categorías: fallos de la IA (tanto fallos humanos como fallos tecnológicas), uso malicioso de la IA por parte de terceros y problemas con los datos.
«Un desafío particular de la evolución de las capacidades de la IA es que el potencial de daños de la IA no encaja claramente en las líneas de seguros existentes», afirman los expertos. Estas afirmaciones surgen de los distintos usos de la IA «de manera inesperada»; como un fraude deepfake, un robot de limpieza que causa una inundación o un incendio, un automóvil autónomo que mata a un peatón porque su sistema de aprendizaje automático no tiene en cuenta los peatones imprudentes, o un robot conversacional inteligente que sale mal y daña la marca de una empresa, recuerda el despacho.