“Cada accidente tiene un rostro, una familia, es una historia interrumpida” (IGSS), la frase anterior nos hace pensar en el alto costo que tiene para la sociedad los siniestros viales; eso sin dejar de tener en cuenta que el promedio de edad de la población económicamente activa que fallece se encuentra en los 33 años, más el costo económico que tiene la atención médica y legal del o los involucrados en dichos siniestros.

¿Qué nos toca como gremio asegurador? Nosotros debemos estar comprometidos a prestar la asesoría necesaria para crear las mejores condiciones en el ámbito vial, promoviendo su implementación desde una educación temprana en la sociedad guatemalteca. No es suficiente campañas informativas a la población; debemos de promover que el Estado se comprometa junto con la sociedad civil, a una educación sería y profesional, así como una fiscalización inteligente y una rendición de cuentas.

En otras palabras: enseñar, vigilar y exigir. El 43% de personas fallecidas por hechos violentos, se debe a accidentes de tránsito, siendo esta la segunda causa de muerte en Guatemala; esto no es un tema de tráfico, es una emergencia de salud pública, lo que nos lleva a confirmar que este acontecimiento es de suma importancia para el gremio asegurador.

En Guatemala es necesario integrar formalmente al sector asegurador en la mesa técnica de seguridad vial. Ideal es que nos vean como un actor que aporta análisis, financia intervenciones, ayuda a medir los resultados y no solo que paga siniestros. La alianza público-privada, visualizada en el ámbito internacional, ha permitido disminuir la mortalidad vial, esto sin menoscabar la actividad económica y mucho menos criminalizar la movilidad en motocicleta, factor clave en la sociedad guatemalteca.

Como gremio asegurador debemos de gestionar, ante los diferentes actores, la conveniencia de la creación del seguro obligatorio; esto desde el punto de vista que la prevención es mejor que la reacción, combinado con enseñar, vigilar y exigir, estaríamos logrando con el transcurso del tiempo sensibilizar, tanto a pilotos como peatones, de los beneficios de estar asegurados y que los siniestros por accidentes viales se reduzcan, lo que conlleva a una mejor convivencia de la sociedad guatemalteca.

Para poder llegar a lograr este objetivo, es necesario que contemos con instituciones que puedan tomar decisiones públicas sostenidas. En el caso de Guatemala el Observatorio Nacional de Seguridad de Tránsito (ONSET) que durante el año 2025 se ha fortalecido de forma técnica, recibe apoyo metodológico y acompañamiento internacional para mejorar la calidad y uso de los datos de siniestralidad vial. La información proporcionada por la ONSET es importante para el sector asegurador, porque permite contar con datos confiables, homogéneos y auditables, que es la base para diseñar productos sostenibles en el tiempo; así las empresas aseguradoras pueden ajustar primas, exclusiones, coberturas adicionales y programas preventivos dirigidos a los grupos de mayor riesgo.

Por Lic. Victor Pozuelos Cruz

Junta Directiva, AGIS