En foros recientes se ha reiterado una idea que parece evidente, pero que Guatemala aún no ha asumido plenamente: la seguridad vial no es un problema de tránsito; es un problema de país.

La estrategia de España, presentada en el 5.º Congreso Internacional de Seguridad Vial en Guatemala, demuestra que la única forma de reducir muertes y lesiones graves es abordarlas con la misma seriedad que la estabilidad macroeconómica o la seguridad ciudadana. Su modelo se sostiene en tres pilares:

  • Compromiso político: España elevó la seguridad vial a política de Estado, con una autoridad coordinadora clara —el Consejo Superior de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible— que articula decisiones con coherencia y continuidad.
  • Financiamiento estable: reducir muertes requiere inversión sostenida en controles, infraestructura y sistemas de datos.
  • Continuidad técnica: las medidas funcionan por su permanencia, no por su impacto inicial.

El marco internacional, reafirmado en la 4.ª Conferencia Ministerial Mundial sobre Seguridad Vial, plantea reducir en 50% las muertes y lesiones graves antes de 2030, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para lograrlo se requiere inversión pública y privada coordinada, priorización de usuarios vulnerables y rediseño urbano centrado en las personas.

Para Guatemala, esto tiene implicaciones directas para el sector asegurador. A medida que el país adopte un modelo de Sistema Seguro —infraestructura diseñada para mitigar errores humanos, controles efectivos de velocidad y protección especializada para motociclistas, peatones y ciclistas— los beneficios excederán la reducción de mortalidad: menor presión hospitalaria y menor siniestralidad en pólizas privadas.

Las aseguradoras deben involucrarse tempranamente en el diseño regulatorio, aportar análisis actuarial, financiar campañas educativas dirigidas a grupos de alto riesgo y ofrecer incentivos por conducción responsable. Esta participación es fundamental para incidir en cómo se conduce.

Guatemala ya no debate si el costo humano es alto; debate cuánto está dispuesta a tolerar. Y ese es el punto que distingue a un país reactivo de uno que actúa antes de contabilizar víctimas.

Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros