En el contexto de un entorno global marcado por la incertidumbre geopolítica y comercial, Guatemala se posiciona como uno de los mercados aseguradores más dinámicos de América Latina. A pesar de los desafíos externos, el país ha logrado consolidar una trayectoria de crecimiento sostenido en el sector asegurador, reflejo de una mayor conciencia social sobre la protección patrimonial y financiera.

Durante 2024, las primas totales en Guatemala alcanzaron los Q12,532 millones, con un crecimiento del 7.9%, superando las proyecciones regionales y confirmando el potencial del mercado local. Este desempeño se ha visto impulsado por tres grandes motores: el ramo de automóviles, que creció gracias al aumento del parque vehicular y la percepción de riesgo urbano; el seguro de salud, que registró un alza ante el incremento de enfermedades crónicas y la búsqueda de atención médica privada; y el seguro de vida, que continúa ganando terreno como instrumento de respaldo familiar.

Este crecimiento no es casual. Guatemala ha avanzado hacia una cultura de aseguramiento más sólida, apoyada en la innovación de productos, la diversificación de canales de distribución —incluyendo farmacias, tiendas de conveniencia, bancos y plataformas digitales— y una mayor inclusión financiera. La digitalización ha permitido que más guatemaltecos accedan a seguros desde sus dispositivos móviles, eliminando barreras geográficas y burocráticas.

Sin embargo, el reto más significativo sigue siendo cerrar la brecha de protección, especialmente en zonas rurales. Según estimaciones recientes, el potencial de primas no aprovechadas en Guatemala asciende a Q61 mil millones. Esto representa una oportunidad histórica para el sector: llevar seguros accesibles o de salud básica, a comunidades que tradicionalmente han estado alejadas de la economía formal. La tecnología móvil, las alianzas con cooperativas locales y la educación financiera comunitaria serán claves para lograrlo.

A nivel regional, el informe de MAPFRE Economics destaca que América Latina muestra una mejora en sus previsiones económicas para 2025, con Argentina, México, Brasil y Perú como principales impulsores y que a nivel local en muchas ocasiones tomamos como referentes. Este entorno favorable, junto con una inflación contenida y políticas monetarias más flexibles, crea condiciones propicias para el desarrollo del sector asegurador, tanto en Vida como en No Vida. En Guatemala, esta tendencia se refleja en una mayor densidad aseguradora y una mejora en los indicadores técnicos, como el ratio combinado y la cesión a reaseguro, que se mantiene estable entre el 30% y 35%.

Al mismo tiempo, el aseguramiento de bienes públicos, por ejemplo, debe convertirse en una política nacional que proteja la infraestructura crítica del país y garantice la continuidad de servicios esenciales ante desastres naturales. Este enfoque no solo fortalece la estabilidad fiscal, sino que proyecta una imagen de responsabilidad y modernidad ante los organismos internacionales.

En vistas de la expansión del mercado asegurador debemos mantener presente el entorno geopolítico, el crecimiento de los mercados inmobiliarios y considerar el efecto de la IA como herramienta de amplio potencial pero que puede introducir riesgos tanto sociales como financieros.

En este boletín, exploramos las oportunidades que se abren para el mercado asegurador guatemalteco en este nuevo ciclo económico. Más que cifras, hablamos de vidas protegidas, patrimonios resguardados y comunidades fortalecidas. El futuro del seguro en Guatemala dependerá de nuestra capacidad para innovar, educar y generar confianza. Estamos listos para liderar ese camino.

Por: Julio del Cid – CEO de MAPFRE Seguros Guatemala

Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros